Trabajar de forma independiente significa que tienes libertad, ¿verdad? Nadie te dice qué hacer ni cuándo hacerlo. ¡Tú decides! Sin embargo, ¿es siempre tan envidiable como parece?
No nos olvidemos que de la mano de la libertad también vienen las responsabilidades. Si nadie organiza tu día de trabajo, ¿de quién dependes? De ti y de nadie más. Deberás sortear un camino minado de trampas de productividad de forma que, al final del día, hayas logrado hacer todo lo que tenías que hacer. De lo contrario, cargarás con estrés el resto del día. Y no quieres eso para tu vida, ¿a que no?
Es por eso que en este artículo te brindamos algunos trucos para que puedas organizar tu día laboral y sacarle todo el jugo posible para que sea productivo.
Organízate previamente
Si trabajas de forma independiente, tú eliges los horarios. Sin embargo, eso no es siempre una ventaja. Por un lado, si tus horarios son flexibles, significa que puedes elegir cualquier momento para sentarte a trabajar y concentrarte, pero por el otro, no puedes dejar de estar disponible ni desconectarte del todo. Por tanto, si quieres darle un orden a tu día laboral, te recomendamos lo siguiente:
- Establece horarios “laborales” fijos que te beneficien. Es importante que te conozcas y que sepas qué es lo mejor para ti. ¿En qué momento del día estás con todas las luces? Quizás por la mañana o quizás por la noche, ¡solo tú lo sabes! Siempre y cuando tus horarios de trabajo coincidan parcialmente con los de tus usuarios y tus clientes, la mayor parte del trabajo puedes hacerla cuando tú quieras.
- Establece un objetivo cada día. Fijar objetivos concretos para tu trabajo también ayuda. Planifica tu día y decide qué tareas quieres cumplir y a qué hora quieres hacerlas. Por ejemplo, el famoso escritor de novelas de terror Stephen King escribe 2000 palabras de su nuevo libro cada mañana. Ni más ni menos. De esta forma, por la tarde se dedica a hacer otras tareas, como investigar.
- Tómate descansos de forma regular. Ya lo sabemos, el tiempo es dinero y tú trabajas de forma autónoma. Sin embargo, entre tanta productividad, no debes olvidarte de una cosa muy importante: los descansos. Si no los haces, sentirás cansancio y perderás concentración. Eso afecta la calidad de tu trabajo y a tus clientes no les gusta, bueno, y seguramente a ti tampoco.
- Asegúrate de que tu día laboral finalice de verdad. Todos tenemos plazos de entrega y proyectos especiales que pueden llevarnos más tiempo de lo normal. Pero esta circunstancia debería ser la excepción, no la regla. Si has hecho tu trabajo diario y completado tu “horario de oficina”, asegúrate de terminar y abandonar el trabajo al final del día. Y siente la felicidad y el orgullo de haber hecho un buen trabajo.
Separa la vida laboral de la vida personal
Hace algunos años, cuando la gente trabajaba en las oficinas tradicionales, era mucho más fácil establecer los límites entre el trabajo y la vida personal. Cuando llegabas al trabajo por la mañana, estabas en el trabajo. Por la tarde, volvías a tu casa, y estabas en casa. No había lugar a confusión.
Sin embargo, actualmente el límite es confuso, y esto es así sobre todo para las personas que trabajan de forma autónoma. En especial, si trabajas y vives en el mismo lugar. Y más aún si trabajas con hijos en casa. Algunas personas sienten que están en el trabajo todo el día y que no pueden desconectarse. Así lo refleja esta viñeta del New Yorker que se puede traducir como: “No lo recuerdo… ¿Trabajo en casa o vivo en el trabajo?”. Para separar la vida laboral de la personal, puedes tener en cuenta lo siguiente:
- Reserva un espacio separado y productivo. Sentarse en el sofá con tu portátil y la televisión que suena de fondo es tentador. Por eso, te recomendamos que crees un espacio donde puedas dedicarte pura y exclusivamente a trabajar. Lo ideal sería que tuvieras un despacho o un taller en casa. Si no cuentas con esta opción, no pasa nada. Puedes sentarte en la mesa de la cocina con tu portátil o irte a una cafetería. Lo que sea por no terminar en el sofá.
- Ponte en “modo trabajo”. Dúchate, quítate el pijama y, si hace falta, hazte de una taza de café especial para el trabajo. Aunque no haya nadie allí para ver cómo vistes, estas notas mentales te pueden ayudar a concentrarte en tu “modo trabajo” e incluso te ayudarán, a nivel subconsciente, a cogerle el tranquillo.
- Evita las tareas del hogar durante el horario de trabajo. Cuesta un montón resistirse a la tentación de hacer varias cosas a la vez entre tareas del hogar y trabajo. Claro que fregar o poner la lavadora también es “trabajo”. Pero no tú trabajo. Prohíbete estas actividades durante tu horario laboral y concéntrate por completo en el trabajo con el que te ganas el pan.
Las distracciones son una maldición…
¡Clín! Un nuevo mensaje de correo en tu buzón de entrada. Brrr, brrr, vibra tu móvil para avisarte de un nuevo mensaje. Y esa canción en la radio te encanta, ¿verdad? ¡Hacía mucho que no la escuchabas!
Hoy en día, hay tantas distracciones como arena en el mar. Y eso tiene consecuencias. Según Gloria Mark de la Universidad de California en Irvine, puede llevarte hasta 23 minutos volver a concentrarte en lo que estabas haciendo después de una distracción. Esto hace que se pierda mucha productividad durante el día. Así que, para evitar las distracciones, puedes seguir estos consejos:
- Di no a tu móvil. Ponlo en silencio, en modo avión o en otra habitación. Resiste la tentación de agarrarlo y revisar todos los mensajes que te lleguen. Únicamente si llevas un buen rato de trabajo constante, puedes revisarlo para ver si te has perdido algo importante.
- No revises tu bandeja de correo continuamente. No todos los emails necesitan una respuesta inmediata. Revísalos regularmente, pero no a cada rato.
- Disminuye el ruido del entorno. Ya sea el ruido de la calle o el de una radio que se escucha por la ventana, es fácil eliminar algunos ruidos molestos. En estos casos, unos auriculares que aíslen el ruido pueden ser de ayuda. A algunas personas también les gusta escuchar música para crear su propio paisaje sonoro que les resulte productivo. Fíjate lo que te funciona a ti, y aprovéchalo.
- Mantén tu espacio de trabajo limpio y ordenado. Tu escritorio no necesita estar impecable, pero al menos no debe tener distracciones. Si ya has pagado una factura, archívala. Así, no tendrás la necesidad de revolver un montón de papeles para controlar que esté todo hecho.
- Olvídate del multitasking, es solo un mito. Hay estudios que demuestran que el cerebro humano no puede realizar muchas tareas complejas al mismo tiempo. Si la atención va cambiando de una actividad a la otra constantemente, se reduce el desempeño de la memoria. Por eso, enfócate en una sola cosa y no intentes abarcar muchas a la vez.
…pero también pueden resultar creativas
Ya hemos demonizado las distracciones en el párrafo anterior, ahora vamos a mostrar una excepción. Algunos estudios nuevos demuestran que una “buena” distracción puede ayudarte con las tareas creativas. Si te enfocas en abordar una tarea solo de una manera particular, puede que acabes con un bloqueo mental. A veces una distracción puede ayudarte a estimular tu creatividad. Hay muchos inventores que han confesado que sus mejores ideas surgieron cuando no estaban pensando en el problema, sino que estaban tomando un baño, dando un paseo o, incluso, durmiendo.
Crea una oficina en tu casa que te resulte útil
Si tu día no resulta organizado ni productivo, la independencia puede resultar caótica. Por eso, es importante que empieces el día con un plan. Tú decides cuánta planificación necesitas, cuán elaborado quieres que sea tu plan y cuánto lo respetarás luego. Después de todo, tú eres quien está al cargo.